El día que nos dieron los resultados de la primera resonancia recibimos los limones más ácidos de nuestra vida como padres. Al salir de aquella habitación con el equipo médico recuerdo que le dije a Borja “tráeme a Hugo” por favor.
Necesitaba abrazarle y cargarme de una dosis de realidad y aire fresco y él siempre me lleva a “tierra”. Hablé con la trabajadora social que nos acompañaba, Dory, para que por favor me ayudase a transformar mi habitación del hospital en un espacio de juegos. Hugo no podría conocer a su hermana porque estaba en la unidad de cuidados intensivos y no sabríamos por cuanto tiempo.
El momento que todos llevábamos 9 meses soñando se desvanecía de una forma muy amarga.
Mientras yo sujetaba la mano de mi niña, Dory lo preparó todo y para cuando Hugo llegó con su padre estaba todo listo.
Hicimos la limonada más rica del mundo con globos, libros de piratas, helado de chocolate, servicio de habitaciones y ¡hasta un kit de médicos! No pudo conocer a su hermana pero hizo con su padre un dibujo que nos pidió le llevásemos a Sol.
En uno de los días más difíciles de mi vida, ese ratito de risas, abrazos y limonada me hicieron muy feliz. Porque así somos nosotros, hacemos limonada con los limones de la vida.🌹