Anoche camino a casa una amiga, casi hermana, me mandó un video desde el concierto de Manuel Carrasco solo para decirme “Escuché esta canción y me acordé de vosotros”.
La escuche en bucle, una y otra vez, mientras abrazaba entre lágrimas esa muestra de amor que llegaba desde el otro lado del mundo. No dejes de soñar, me repetía una vocecita dentro de mi.
Yo llevo toda mi vida soñando. Cuando era muy pequeña soñaba día y noche con ser artista. Me veía, me lo imaginaba y lo soñaba con todas mis fuerzas. De más mayor soñaba con bailar. Lo soñaba con tantas ganas que pasaba día y noche pensando y soñando flamenco.
Soñadora me considero, pasional me llaman, enamorada de la vida es lo que soy.
Mis sueños han ido cambiando a lo largo de mi vida. Desde que me hice mamá, ellos son mi sueño. Sueño con verles sonreir, con que sean felices. Sueño con disfrutar de cada segundo de su existencia. Sueño con que llegue Hugo a casa a contar sus aventuras. Sueño con ver a Sol bailar al cante de su madre. Sueño con pasar una vida junto a ÉL. Sueño con seguir bailando la vida con ellos cada día.
Cuando llegué a Holanda sentí que me arrebataron de golpe todo lo que un día soñé para ella, para él, para ellos, para mi. Tuve que dejar ir esos sueños que construí desde el amor por 9 meses para que otros nuevos entrasen en mi corazón. Nunca he soñado tanto y con tanta fuerza como lo he hecho en últimos meses. Sueño cada día, cada minuto, cada segundo de mi existencia. Sueño con que la luz del Sol salga cada día. Sueño con que el Sol ilumine nuestro camino. Sueño con el Sol y los Soles de mi vida. Sueño con una vida llena de momentos extra-ordinarios.
Y cuando me olvido de hacerlo, alguien aparece para seguir iluminando mi camino y despertar esa vocecilla aletargada que me repite, no dejes de soñar🌹