Cuando era pequeña sufría de crisis convulsivas (crisis parciales complejas es el termino medico) y tenían que hacerme electros y estudios de sueño con bastante frecuencia. Recuerdo aquella experiencia como si fuera ayer, y aunque parezca loco, la recuerdo con mucho cariño. Al principio los estudios los hacían durante el día y tenía que pasarme TODA la noche despierta para poder dormir en la sala del hospital por la mañana mientras me hacían el estudio. Aquellas noches terroríficas para mí de niña (sobre todo porque yo era de las que se inventaba un juego a las 21:00 para irme a dormir…) hoy las recuerdo con mucho mucho cariño. Aquellas noches significaba que me iba a ir con mi padre hasta las 3AM al VIPS a tomar tortitas con chocolate, luego iríamos a casa a ver películas mientras él me decía “Laurita cariño despierta” cada vez que se me cerraban los ojos. A las 6am hacía el cambio con mi madre que me lavaba el pelo solo con champú(creo que era uno especial) y luego nos íbamos los 3 al hospital. Después del electro, mi madre me lavaba el pelo para quitarme los restos de ese líquido pegajoso que costaba la misma vida limpiar.
Lo recuerdo con cariño porque me sentía el ser más especial del mundo por pasar ese tiempo a solas con mis padres entregándome todo su amor.
Un día aquí en Holanda se tornaron los papeles y yo me convertí en la madre que sostenía la cabecita de mi niña para que le hicieran el electro. En mis brazos la acariciaba para que estuviese tranquila. Me subí a la camilla para darle el pecho y que así pudiese dormir tranquila. Le hicieron el estudio encima de mis piernas mientras yo recordaba con cariño a esa niña sostenida por el amor de sus padres. Al salir del electro, la misma mujer que hacía 30 años lavaba el pelo de su hija, sostenía en sus brazos a su nieta lavando su pelo una, dos y tantas veces hizo falta para verlo de nuevo brillar.
Gracias @ag_vizcaino @fsanchezcofm.es_ por aquellas noches sin dormir pero llenas de amor❤️